lunes, 27 de diciembre de 2010

Segunda parte de la entrevista.





 
Esa música que es teatral
La Regia Orquesta: los inicios
–La primera vertiente viene de la compañía del Gran Circo Teatro y sus músicos. Me acuerdo que viajamos de Concepción con mis viejos a ver "La negra Ester" en el '88 en la terraza del cerro Santa Lucía, con el viejo Parra en el público. A Álvaro Henríquez todavía no lo conocían mucho en Santiago pero en Conce era un ídolo. También tocaba Cuti Aste, que también era de allá. Su papá fue alcalde de Concepción. La Regia Orquesta fue el primer referente de música para teatro en vivo y de esa manera. Después, todo el mundo se subió a ese carro –dice Álvaro Sáez.

Jorge Martínez: sonido y silencio
–La compañía del Teatro del Silencio mostró una segunda línea de música teatral. Con Jorge Martínez, que era el director musical y en su grupo trabajaba Rodrigo Latorre. Vi "Malasangre" en un día de lluvia torrencial en el sur. Fue una función increíble y para mí un golpe absoluto. Creo que también marcan un hito en la música. Ellos no hacen música vintage. Es una música mucho más contemporánea, rockeraza, metalera, muy pesada y fuerte. Al revés de La Regia Orquesta. 

Pancho Sánchez, la tercera corriente
–Él fue parte importante en la música de "Las siete vidas del Tony Caluga", de la compañía del Teatro Circo  Imaginario. El Pancho se encontró con Andreas Bodenhofer, que fue el compositor de esa música original, y él dice que le explotó la cabeza conocerlo. Cuando grabaron el disco, el Pancho empezó a meter sus composiciones y sus canciones. Entre Andreas y Pancho Sánchez se forma una tercera escuela de música para teatro. El imaginario musical que tiene el Pancho es enorme y es increíble. Su capacidad de creación es sorprendente. Él escribió música para las Pink Milk y para "El auriga Tristán Cardenilla". Y ahora verlo con "El cautiverio feliz" y "Pedro de Valdivia", sus últimos dos montajes, y sus proyectos de Trío Banda Teatro, es asombrosa.

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